11 septiembre 2006

Nuevos medios de comunicación


En el pasado número del mes de agosto de Le Monde Diplomatique (páginas 21 y 22) apareció un artículo del sociólogo Manuel Castells sobre las nuevas formas de comunicación. En él se pone sobre la mesa lo que todos ya sabemos: el papel decisivo que pueden llegar a jugar los medios de comunicación en el ámbito político.

A lo que se refiere Castells concretamente en su artículo es a lo que él denomina "Mass Self Communication", algo así como Comunicación Masiva Individual, que vienen a ser redes de comunicación básicamente mediante internet y los teléfonos móviles. Concretando un poco más, se refiere a los SMS, blogs y sistemas de mensajería instantánea con voz, entre otros. Según el autor, cada segundo se crea un blog en el mundo. Son una "forma social de comunicación que, aunque masiva, es producida, recibida y percibida individualmente".

Castells toma mano del sentido amplio del término "político", entendiendo la democracia como la participación activa en la cosa pública. Y es precísamente en este contexto en el que estas nuevas formas de comunicación adquieren relevancia, como una manera de participar en lo político más allá de las escasas consultas electorales que, por otro lado, tampoco seducen a una ciudadanía desencantada como lo demuestra el nivel de abstención de los últimos referéndums: Constitución Europea y Estatut de Catalunya, donde más de la mitad del electorado se abstuvo. En este sentido habría que agradecer al Partido Popular su empeño y labor para aumentar el índice de participación que hubo en las pasadas elecciones generales, que por otra parte, no acaba de disimular la actual crisis de legitimidad política.
Estas nuevas formas de comunicación han demostrado sobradamente su capacidad de movilización e influencia. En España solo cabe recordar las elecciones generales de marzo de 2004. Ya nadie duda de ello, es por eso que asistimos a la batalla por el control de los flujos de influencia. Medios de comunicación tradicionales y movimientos sociales los han adoptado. Parece ser que hay mucho en juego.


Comentarios 5

Anonymous Anónimo dice...

La libertad de expresión es el primer fundamento de un régimen democrático. Toda persona debe, al menos en teoría, tener el pleno derecho de expresar libremente sus opiniones, recoger la información que estime conveniente, y darla a conocer. Hace tiempo leí que no existe democracia sin medios de comunicación libres y ésta, dificilmente podría subsistir en ningún otro sistema político... estoy de acuerdo. La libertad no se agota en sí misma, sino que está directamente vinculada a un fin. Por esa razón la libertad de comunicación se justifica, fundamentalmente, en la medida en que tiene un sentido más allá de su mero enunciado. Así, la libertad de información puede sustentar tanto una libertad de expresión para todos los ciudadanos, como también el respaldo más profundo de un derecho a la información.

SMS, Blogs, etc... estrategias de comunicación para llegar a la gente...

12/9/06 6:28 p. m.  
Blogger Gustavo López dice...

Laura, ¿puedes explicarme un poco más que quieres decir con eso de que "la libertad no se agota en sí misma, sino que está directamente vinculada a un fin"? ¿Tiene algo que ver con que ha de tenerse acceso a ella, con que ha de poderse ejercer sin coacciones? No acabo de entenderlo.

Por otra parte, encuentro interesante tu apunte sobre el doble sentido que tiene la libertad de información. En lo concerniente al derecho a la información, ¿en qué medida estamos protegidos, o quién vela por proteger la calidad de esa información? porque imagino que tenemos derecho a una información verídica, sobretodo cuando ésta proviene de los medios de comunicación estatales. Es aquí donde los nuevos medios de comunicación podrían funcionar, y de hecho funcionan, como alternativa a las "versiones oficiales" encargándose de desenmascarar lo que no es.

13/9/06 1:04 a. m.  
Anonymous Anónimo dice...

Por una nueva cultura democrática
Eduardo Moreno Núñez
Sociólogo
korinaexplorer@hotmail.com
Villamediana, agosto 2006

A menudo, hablar de sociedad de la información se convierte en una forma poco interesante de pensar el mundo actual: se dice, se nos dice, que la información es más importante que nunca, que la información permite salvar vidas, que gracias a la información tomaremos mejores decisiones en los momentos decisivos, que si estamos en la sociedad del conocimiento es gracias a que la información se ha vuelto relevante, sino esencial, para ciertos propósitos. Tras la neblina de este tipo de creencias informadas hay un poso tan verdadero como el que solemos encontrar en los refranes: sirven para salir al paso en el intento de abrazar lo que alrededor nos está sucediendo, pero no satisfacen en absoluto.
La información es importante para muchas cosas, qué duda cabe, pero nuestro mundo actual no tiene el monopolio histórico de tal relevancia. Siempre ha sido importante utilizar y disponer de información. Lo verdaderamente relevante de la sociedad de la información son las posibilidades democráticas que se abren gracias al impulso de las nuevas tecnologías.
El impacto en la ciencia social de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (NTIC) ha dado lugar a diversos trabajos que apuntan certeramente al abandono del tópico posmoderno por excelencia en este terreno, a saber: el terror “apocalíptico” que debe suscitar una sociedad cuyos ciudadanos son engullidos por el control panóptico de la estructura tecnológica pierde fuerza a base de chocar con la realidad. Esta realidad, por el contrario, nos muestra con tozudez que la ciudadanía se sirve de las NTIC’s para, precisamente, escapar al control de las élites dominantes mediante la creación de una nueva cultura más horizontal, más democrática. Baste recordar los acontecimientos ocurridos entre el once y el catorce del marzo del 2004: Internet ofreciendo información “alternativa” a la “oficial” y manifestaciones de carácter espontáneo organizadas mediante teléfonos móviles de manera simultánea en diversas zonas de la geografía española.
Esta cultura democrática autoorganizada en coordenadas espacio-temporales más condensadas es propia de la sociedad de la información.
Pero la nueva cultura no sólo se alimenta de “grandes golpes” como los citados. El ejercicio democrático articulado horizontalmente y a menudo con el apoyo de las NTIC’s se encuentra presente en la vida cotidiana de cada vez más personas. Existen “pequeños proyectos” que refuerzan las debilidades de nuestra democracia, y participar con una breve reflexión en el presenter blog espero sirva a tal propósito.

14/9/06 7:16 p. m.  
Anonymous Anónimo dice...

"la libertad no se agota en sí misma, sino que está directamente vinculada a un fin"

...es bien simple: la libertad no muere en su misma palabra. va más allá de ella misma.... es a lo que me refería.


...quién vela por proteger la calidad de información? quién vela por tí? pues lo mismo... es complicado ya que la información la manejamos donde, como y cuando queremos...

18/9/06 1:09 p. m.  
Anonymous Anónimo dice...

Tiene razón Laura. La palabra está llena de matices, y esa es una buena noticia para la poesía pero no para el periodismo.

14/12/06 10:10 a. m.  

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