02 noviembre 2006

El sentido de la vida (ii)


Decir que la vida tiene sentido por la existencia de la muerte poco dice del sentido de la vida en sí misma. Hasta ahora solo se ha hecho patente la subjetividad del valor de la misma. Son solo los miedos de una perspectiva corta de miras como es la visión individualista de nuestra existencia. Cuando ampliamos los círculos la cosa empieza a cambiar. La mayoría de nosotros daría la vida por algunos seres queridos, por la comunidad, o algunos hasta por la patria (en otras épocas en las que los valores de nuestra sociedad eran menos individualistas, esto último era bastante habitual). Cuando observamos el grupo más amplio, la respuesta se hace más evidente.

La especie homo sapiens, como el resto de las especies, y por lo tanto la vida, tiene un único objetivo prioritario: la supervivencia. Pero aún así, nuestra propia supervivencia como especie no tiene mayor importancia que la que nosotros mismos le atribuimos. Cuando observamos el conjunto, vemos que las especies interactúan en ámbitos concretos que llamamos ecosistemas. En los ecosistemas, como tales, todo está interrelacionado y es sensible a las variaciones. La desaparición de una especie, o la introducción de una nueva especie, puede provocar el desequilibrio del sistema, que después de un cierto tiempo volverá a reequilibrarse. La vida continúa. ¿Qué sentido tiene? Vivir es sobrevivir. Nuestro paso es efímero. La eternidad no existe. Pero todos contribuimos a que la vida siga. Así vemos que la cuestión inicial solo puede ser enigmática en la perspectiva individualista del ser humano, cuando el "yo" se antepone al "nosotros".


Comentarios 1

Anonymous Anónimo dice...

Comentario sobre el sentido de la vida:

He recibido educación cristiana durante muchos años, y los curillas parecen tener especial interés en hacer que nos preguntemos una y otra vez: ¿qué sentido tiene mi vida? ¿de dónde venimos? ¿hacia dónde vamos? Preguntas de sobras comentadas. Pero, ¿existen respuestas laicas y científicas sobre ellas?

Demos por supuesto que es necesario apoyarse en la ciencia para responder a estas cuestiones.

Por el momento, la ciencia actual muestra que los seres humanos -una entidad biológica primordialmente, a partir de donde sobreviene la "espiritualidad", la mente, etc.- tienen estrategias para lograr aumentar sus posibilidades de reproducción, en concreto de traspaso genético.Pero estor movimientos se ha demostrado que son "ciegos y oportunistas", no tienen un sentido que se prolongue en el tiempo, aunque así creamos que es hoy. La biología no tiene un sentido.

Pero nosotros sí que estamos equipados para dotar de sentido a nuestras vidas. La psicología actual enseña que es fuente de felicidad dotar de sentido a nuestras acciones, de saber por qué hacemos esto y no lo otro, de hacer uso de la libertad.

Por ejemplo, es fuente de desencanto (pérdida de sentido) desvincularse de nuestras necesidades en gran medida.

En resumen, este comentario un tanto difuso pretende mostrar que podemos otorgar sentido a nuestras acciones para vivir "mejor", y que el sentido de la vida no es un territorio exclusivo de los personajes religiosos que han aprovechado su autoridad "espiritual" para convencernos de la existencia de Dios. Podemos decidir sin su autoridad.

Eduardo Moreno Núñez

11/12/06 3:55 p. m.  

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