26 noviembre 2006
Cuando no se llega a final de mes
Esta semana, salía a la luz un dato, como mínimo, sorprendente. La presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid afirma en una biografía autorizada que "no tener pagas extra me tiene mártir, las he tenido toda mi vida y las echo de menos en Navidad y en verano. No es que haga números a final de mes, ¡es que muchas veces no llego!". Y es que la pobre lo debe de pasar fatal, con poco más de 8.000 Euros al mes.
Después de conocer esto, ya no me sorprende que muchas familias españolas no lleguen a final de mes. No me extraña tampoco que las personas que cobran el salario mínimo con pagas prorrogateadas que suponen menos de 600 Euros no lleguen a final de mes. Aún me extraña menos que muchos pensionistas con pagas no contributivas inferiores a 400 Euros no lleguen a final de mes.
Esta revelación da sentido a todos esos casos de corrupción política, recalificaciones urbanísticas, tantos por cientos en comisiones, etc. ¡¡Si es que nuestros políticos no llegan a final de mes!! Así que si la presidenta de toda una Comunidad Autónoma como es la de Madrid no llega a final de mes, ya no les digo nada de los alcaldes y concejales de urbanismo. ¡Y luego nos sorprende lo de Marbella!
Yo me solidarizo con la presidenta, y propongo una manifestación alternativa a la propuesta por las Juventudes Socialistas y que vayamos todos los que no llegamos a final de mes a la puerta de su casa a solidarizarnos con ella. Nosotros tampoco llegamos a final de mes.
Después de conocer esto, ya no me sorprende que muchas familias españolas no lleguen a final de mes. No me extraña tampoco que las personas que cobran el salario mínimo con pagas prorrogateadas que suponen menos de 600 Euros no lleguen a final de mes. Aún me extraña menos que muchos pensionistas con pagas no contributivas inferiores a 400 Euros no lleguen a final de mes.
Esta revelación da sentido a todos esos casos de corrupción política, recalificaciones urbanísticas, tantos por cientos en comisiones, etc. ¡¡Si es que nuestros políticos no llegan a final de mes!! Así que si la presidenta de toda una Comunidad Autónoma como es la de Madrid no llega a final de mes, ya no les digo nada de los alcaldes y concejales de urbanismo. ¡Y luego nos sorprende lo de Marbella!
Yo me solidarizo con la presidenta, y propongo una manifestación alternativa a la propuesta por las Juventudes Socialistas y que vayamos todos los que no llegamos a final de mes a la puerta de su casa a solidarizarnos con ella. Nosotros tampoco llegamos a final de mes.
Como alternativa, o complementaria, a esta propuesta solidaria, propondría también un curso-experiencia, de uno o dos años, conviviendo la presidenta con una de estas familias medias españolas que con "algo menos" de 8.000 Euros se las apañan para llegar a final de mes. Ya que esta señora fue ministra de educación, supongo que no verá con malos ojos la propuesta educativa.
16 noviembre 2006
El derecho a la vivienda y el salario mínimo
¿Es posible que exista un derecho al que no se pueda tener acceso en un sistema democrático? La constitución española en el artículo 47 expresa lo siguiente, y quiero recordar que la constitución es la ley con mayor rango que existe en este país:
"Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación. La comunidad participará en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos".
¿Cómo es posible entonces, leído lo escrito, que el Estado no garantice un derecho constitucional? Personalmente me cuesta entender que el acceso a la vivienda, que además de un derecho es una necesidad básica, se deje a la "voluntad" del libre mercado, algo que debería estar regulado por el Estado a través de oficinas estatales, y no por inmobiliarias especuladoras con un lógico ánimo de lucro.
Históricamente, en España se ha incentivado la vivienda de propiedad. Esto ha llevado a la reducción del volumen de viviendas de alquiler sin que el Estado compense esta reducción con la creación de un parque de viviendas de alquiler público, con lo cual no ha habido, ni hay, un contrapeso al aumento del precio de la vivienda de propiedad. En este país no existe la opción de vivir en una vivienda de alquiler o en una vivienda de propiedad. La diferencia entre el precio de un alquiler privado (volumen bastante escaso, pero mayor aun que el volumen de alquiler público) y el precio de una hipoteca es prácticamente nula.
Lo más grave de todo es que los que menos tienen no tienen siquiera la opción de acceder a una vivienda pública de alquiler. En España existe algo que se llama "salario mínimo", fijado en 540,90 Euros al mes por trabajar 40 horas semanales. Digo yo, que si se llama mínimo será por algo. Sería lógico pensar que este salario mínimo que paga el empleador por emplear a un trabajador por el tiempo que marca la ley, debería de alcanzar para cubrir las necesidades mínimas de dicho trabajador. Seguramente, ya estarán viendo que no es así. La vivienda, que como he dicho antes además de un derecho es una necesidad básica, debería de estar incluida en esas necesidades mínimas que debería de cubrir un salario mínimo. Pues bien, si cualquiera de ustedes intenta acceder a una vivienda pública de alquiler en Barcelona teniendo como ingresos el llamado salario mínimo verán que es imposible. Se exige unos ingresos mínimos que alcancen los 9600 Euros. Hagan ustedes sus cálculos.
Para más información sobre el tema de la vivienda se puede visitar vdevivienda.net.
08 noviembre 2006
Fiesta Post-electoral
Este fin de semana se celebró en un local de la ciudad de Barcelona una fiesta "post-electoral". Jamás había ido a un evento de este tipo. ¿Qué se celebra en una fiesta de este tipo? A los recien llegados se les invitaba a ponerse una careta del candidato que más repulsión les provocaba. Aunque me ofrecieron la del candidato de Ciutadans, escogí la de Montilla. Se ofrecía también la posibilidad de "customizar" (demonizar o ridiculizar) a los candidatos. Un panel mostraba el careto de los candidatos, a los cuales se iba añadiendo con rotulador bigotes, cuernos, pestañas y alguna que otra peca.
Una de las actividades propuestas consistía en decidir qué coalición, que combinado, no serías capaz de beberte jamás. Entre las opciones reales de gobierno se barajaban también otras opciones más fantasiosas con combinaciones imposibles o como el retorno de Jordi Pujol o la reelección de Maragall. Como resultado del mismo, al marcar como preferencia lo no deseado, acaba saliendo la opción menos mala, que nada tiene que ver con las preferencias directas de los participantes. Aquí, por cierto, si que juega a favor de los ganadores la abstención.
Otra de las actividades consistía en realizar la propuesta electoral que cada uno habría hecho de haberse presentado a los comicios. Las propuestas eran de lo más cachondas, tipo "barra libre de cerveza para todos y todas" o "mujeres para todos" (al que alguien añadió la coletilla de "hombres para todas2 o algo así). Yo ejercí la abstención, aunque seguramente me habría animado a participar en las propuestas con un crudo "trabajo precario y flexible, inflación, pérdida de poder adquisitivo, y pisos de 40 metros cuadrados con hipotecas a 40 años sólo para privilegiados". Sería una oferta irresistible y, como mínimo, sería la más realista de todas.
Finalmente se escogería, mediante depósito de voto en una urna al "presidente" de la fiesta. No sé quién sería el triunfador de la noche, ya que marché mucho antes de que finalizara el evento, aunque no dudo que a pesar del resultado, todos se autoproclamasen vencedores de la fiesta de la democracia.
02 noviembre 2006
El sentido de la vida (ii)
Decir que la vida tiene sentido por la existencia de la muerte poco dice del sentido de la vida en sí misma. Hasta ahora solo se ha hecho patente la subjetividad del valor de la misma. Son solo los miedos de una perspectiva corta de miras como es la visión individualista de nuestra existencia. Cuando ampliamos los círculos la cosa empieza a cambiar. La mayoría de nosotros daría la vida por algunos seres queridos, por la comunidad, o algunos hasta por la patria (en otras épocas en las que los valores de nuestra sociedad eran menos individualistas, esto último era bastante habitual). Cuando observamos el grupo más amplio, la respuesta se hace más evidente.
La especie homo sapiens, como el resto de las especies, y por lo tanto la vida, tiene un único objetivo prioritario: la supervivencia. Pero aún así, nuestra propia supervivencia como especie no tiene mayor importancia que la que nosotros mismos le atribuimos. Cuando observamos el conjunto, vemos que las especies interactúan en ámbitos concretos que llamamos ecosistemas. En los ecosistemas, como tales, todo está interrelacionado y es sensible a las variaciones. La desaparición de una especie, o la introducción de una nueva especie, puede provocar el desequilibrio del sistema, que después de un cierto tiempo volverá a reequilibrarse. La vida continúa. ¿Qué sentido tiene? Vivir es sobrevivir. Nuestro paso es efímero. La eternidad no existe. Pero todos contribuimos a que la vida siga. Así vemos que la cuestión inicial solo puede ser enigmática en la perspectiva individualista del ser humano, cuando el "yo" se antepone al "nosotros".